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jueves, 14 de febrero de 2013

¿QUE HACER SI NUESTRO HIJO TIENE UNA RABIETA?


¿QUE HACER SI NUESTRO HIJO TIENE UNA RABIETA?
Estaba el sábado pasado en un Centro Comercial, comprando en una tienda, y observé que una niña de 5 años se introduce en el escaparate y se pone a jugar con un collar y con su hermano. Sus padres, mientras tanto, están tranquilamente buscando lo que necesitan sin percatarse para nada de lo que hacen sus hijos.
Al sacar el collar y acercarlo a la puerta, la alarma empieza a sonar, el padre se da cuenta y se acerca a la niña para pedirle que lo deje en su sitio y salga de allí. Ella lo toma como un  juego, se niega y el padre se pone serio y la saca bruscamente. La niña entonces se pone a chillar y a intentar darle patadas.  Ante esta actitud el padre la coge del brazo enfadado y la saca de la tienda, con la niña más alterada y comentándole a la madre: “siempre terminamos igual, no vuelvo de compras con los niños”.
¿QUE HABRÍAS HECHO TÚ?
Lo niños, cuando se fijan en un objeto, centran su atención en  conseguirlo y así satisfacer su deseo. No son conscientes de si es adecuado o no. Cuando el adulto se lo impide, muestra su desagrado en forma de rabia. La reacción lógica del niño es no aceptar lo que le dice su padre.
¿COMO EVITAR QUE VUELVA A APARECER ESA CONDUCTA?
Es natural que el niño quiera conseguir lo que le gusta de inmediato y no puede comprender por qué no puede jugar allí.  En ese momento no le sirve una explicación racional. Cuando el niño está alterado, los padres deben tener una actitud de calma y seguridad ante la situación.
Es importante preguntarle el por qué de su enfado, escucharle y decirle que entendemos su disgusto, lo que permitirá que el niño se tranquilice y pueda escuchar la explicación del por qué no puede hacer eso: “Aquí y ahora no puedes jugar con eso pero, ¿quieres que cuando lleguemos a casa, mamá te deje jugar con unos collares? Eso si puedes”.  También se le puede ofrecer elegir una satisfacción inmediata, por ejemplo, tomar un helado, un juego con el adulto, etc.
El niño está aprendiendo a manejar las emociones y los conflictos.  Los límites que marcan los padres y el entorno le van a ayudar a ello. A su vez, los padres no se sienten presionados a acceder a los caprichos del niño y se sienten seguros de manejar de forma adecuada la situación.

Fuente: Fisiolution

¿Importa la opinión de todos?

Pero qué nos importa la opinión de la gente fría,
siempre que nuestras almas,
más ardientes y más nobles que las suyas,
sepan disfrutar de lo que ellos no perciben

Marqués de Sade


Psicologo en Montecarmelo - Mirasierra (Madrid)

Las obras más que las palabras

"La gente siempre dudará de lo que dices pero creerá lo que haces"

Psicologo en Montecarmelo, Madrid.

Paz interior

Si no tenemos paz dentro de nosotros, nada sirve buscarla fuera

Web

jueves, 7 de febrero de 2013

El ejemplo

A tus hijos, más que con palabras, enséñales con tu conducta. Sé el adulto que que quieres que ellos sean. 


Alejandro Jodorowsky

IE. Inteligencia Emocional

INTELIGENCIA EMOCIONAL(I.E.) y su aplicación en las organizaciones empresariales

¿Acaso sabes qué es I.E?

“La habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”. 

“ Es la capacidad del intelecto humano para utilizar conjuntamente la conciencia personal y social de modo que facilite la motivación, autoconocimiento y autocontrol de la persona y sus propias relaciones con los demás y su entorno por medio de la empatía y diversas habilidades directivas.”

¿ACASO SABES APLICARLO?

Los actuales dirigentes de empresas deberán alcanzar los resultados económicos esperados, y también deben desempeñar su trabajo como facilitadores, gestores del conocimiento y agentes del cambio.

Es la nueva mística empresarial que sitúa sus bases en el crecimiento personal y en el desarrollo de la Inteligencia Emocional.

viernes, 1 de febrero de 2013

Debemos redefinir "el bienestar"


“DEBEMOS REDEFINIR EL BIENESTAR”

Cómo vivir mejor: llega una 'nueva felicidad' más realista

Cómo vivir mejor: llega una 'nueva felicidad' más realista
Los teóricos de la felicidad destacan el papel de los seres queridos en el 'buen vivir'. (Corbis)


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En un contexto como el actual, en el que las depresiones y los cuadros de ansiedad se disparan, la búsqueda de la felicidad parece una quimera, a la par que una necesidad de primer orden para volver a disfrutar de la vida. No es casualidad que los libros de autoayuda proliferen en las estanterías de las librerías. Sin embargo, en 2000 años de filosofía sobre la felicidad todavía no se ha encontrado la receta definitiva. Vivimos tiempos de cambios, y los esquemas sobre los que se construían los proyectos vitales ya no nos sirven. La nueva máxima es “vivir mejor con menos”, tal y como el economista Robert Skidelsky sintetizaba a El Confidencial, a propósito de su último ensayo ¿Cuánto es suficiente? Qué se necesita para una ‘buena vida’ (Crítica).
El filósofo galo Vincent Cespedes, autor de Estudio mágico de la felicidad, explica en este ensayo que el bienestar personal tiene muchas caras, casi tantas como individuos, por lo que “no existen estrategias únicas, como nos quieren hacer creer desde la ‘industria de la felicidad’”. Eso sí, apunta a la bondad, el respeto al otro y el reconocimiento social como los indicadores compartidos por las personas felices. En definitiva, ser feliz “no es solo una cuestión de voluntad y de capacidad para aplicar una serie de estrategias”, sino que tiene que ver con la adaptación al convulso mundo que nos ha tocado vivir, y con la aceptación de nosotros mismos y de nuestro papel en la sociedad, para así poder disfrutar del día a día.
Saber conformarse
Como expresó recientemente el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz,debemos redefinir los criterios del desarrollo económico, pero también los del crecimiento personal (para tener salud emocional). Los principios individualistas delHomo Economicus, que Daniel Cohen ha revisado desde una perspectiva crítica, deberían ser desplazados por los del ‘bien común’, según la propuesta de este economista.Ser feliz tiene que ver con la adaptación a los cambios socioeconómicos que nos están tocando vivir
La mayoría de los filósofos contemporáneos que han tratado este asunto reconocen que es necesario incluir nuevas acepciones en la definición de la felicidad para reajustarla a la posmodernidad. Ganar más dinero, encontrar el amor ideal o tener el trabajo perfecto son máximas cada vez más inalcanzables para el grueso de la sociedad que nos impiden conquistar el bienestar. Unos objetivos que “provocan un perjudicial combate con nosotros mismos y nos hacen vivir temerosos del futuro”, según suele apuntar el suizo Alexandre Jollien en sus multitudinarias conferencias.
Aprender a renunciar
Las expectativas vitales deben estar a nuestro alcance, según concluyen los teóricos de la ‘nueva felicidad’, y por ello animan a no intentar alcanzar la “utópica” felicidad plena, sino a “vivir sin ser infelices”. Una vuelta de tuerca, dicen, “más realista”. En este sentido, aprender a renunciar y a reajustar las expectativas, atendiendo tanto a nuestras limitaciones personales como a las impuestas por el entorno socioeconómico, son dos principios fundamentales a tener en cuenta para comenzar a ser menos infelices.Tenemos que ser capaces de reajustar nuestras expectativas
Las nuevas teorías de la ‘felicidad contemporánea’ sientan sus bases en la filosofía oriental, aunque mezclando mística y ciencia. Lo más esencial, dicen, reside en ser abiertos de espíritu. De hecho, la meditación y todas aquellas actividades dirigidas a la concentración y a la búsqueda de la conciencia plena (mindfulness según el concepto original en inglés), como puede ser el yoga, son muy recurrentes en el discurso de todos estos intelectuales.
Disfrutar el momento
Si en las últimas décadas los ejercicios de meditación han experimentado un fuerte impulso en Occidente, también lo han hecho confundiendo algunos de sus principios. En muchas ocasiones estas técnicas se utilizan para alimentar el ego más que para hacerlo desaparecer o simplemente para relajarse en lugar de para alcanzar un estado ascético que nos permita estar por encima de los problemas del día a día. “El arte de disfrutar el momento” se basa en la capacidad para sortear los golpes de la vida aceptándolos como una consecuencia inevitable de nuestra existencia.
Buscar la felicidad en los demás
Diversos estudios han coincidido en señalar que el dinero no da la felicidadLa acumulación de la riqueza experimentada en Occidente en las últimas décadas ha ido paralela a un descenso del grado de felicidad de las personas. El consumismo parece estar sumiendo a la civilización en un círculo vicioso en lo que a bienestar se refiere. Los bienes materiales ofrecen una satisfacción vana y efímera que nos aleja de la felicidad plena porque siempre se querrá más y más.
Para el economista Daniel Cohen, la búsqueda de la riqueza colectiva y no de la individual es la que realmente nos reporta una satisfacción plena. Cohen valora más el trabajo en equipo que la competitividad entre los individuos, así como el sentido de pertenencia a una comunidad. Una red social asentada más allá de la familia y los amigos.

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El doctor Frankl, psiquiatra y escritor, suele preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos: «¿Por qué no se suicida usted?» Y muchas veces, de las respuestas extrae una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento, una habilidad sin explotar; a un tercero, quizás, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Tejer estas tenues hebras de vidas rotas en una urdimbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se enfrenta la logoterapia.En esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla? El psiquiatra que personalmente ha tenido que enfrentarse a tales rigores merece que se le escuche, pues nadie como él para juzgar nuestra condición humana sabia y compasivamente. Las palabras del doctor Frankl alcanzan un temple sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad conveniente y orientadora.









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