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jueves, 14 de febrero de 2013

¿QUE HACER SI NUESTRO HIJO TIENE UNA RABIETA?


¿QUE HACER SI NUESTRO HIJO TIENE UNA RABIETA?
Estaba el sábado pasado en un Centro Comercial, comprando en una tienda, y observé que una niña de 5 años se introduce en el escaparate y se pone a jugar con un collar y con su hermano. Sus padres, mientras tanto, están tranquilamente buscando lo que necesitan sin percatarse para nada de lo que hacen sus hijos.
Al sacar el collar y acercarlo a la puerta, la alarma empieza a sonar, el padre se da cuenta y se acerca a la niña para pedirle que lo deje en su sitio y salga de allí. Ella lo toma como un  juego, se niega y el padre se pone serio y la saca bruscamente. La niña entonces se pone a chillar y a intentar darle patadas.  Ante esta actitud el padre la coge del brazo enfadado y la saca de la tienda, con la niña más alterada y comentándole a la madre: “siempre terminamos igual, no vuelvo de compras con los niños”.
¿QUE HABRÍAS HECHO TÚ?
Lo niños, cuando se fijan en un objeto, centran su atención en  conseguirlo y así satisfacer su deseo. No son conscientes de si es adecuado o no. Cuando el adulto se lo impide, muestra su desagrado en forma de rabia. La reacción lógica del niño es no aceptar lo que le dice su padre.
¿COMO EVITAR QUE VUELVA A APARECER ESA CONDUCTA?
Es natural que el niño quiera conseguir lo que le gusta de inmediato y no puede comprender por qué no puede jugar allí.  En ese momento no le sirve una explicación racional. Cuando el niño está alterado, los padres deben tener una actitud de calma y seguridad ante la situación.
Es importante preguntarle el por qué de su enfado, escucharle y decirle que entendemos su disgusto, lo que permitirá que el niño se tranquilice y pueda escuchar la explicación del por qué no puede hacer eso: “Aquí y ahora no puedes jugar con eso pero, ¿quieres que cuando lleguemos a casa, mamá te deje jugar con unos collares? Eso si puedes”.  También se le puede ofrecer elegir una satisfacción inmediata, por ejemplo, tomar un helado, un juego con el adulto, etc.
El niño está aprendiendo a manejar las emociones y los conflictos.  Los límites que marcan los padres y el entorno le van a ayudar a ello. A su vez, los padres no se sienten presionados a acceder a los caprichos del niño y se sienten seguros de manejar de forma adecuada la situación.

Fuente: Fisiolution

¿Importa la opinión de todos?

Pero qué nos importa la opinión de la gente fría,
siempre que nuestras almas,
más ardientes y más nobles que las suyas,
sepan disfrutar de lo que ellos no perciben

Marqués de Sade


Psicologo en Montecarmelo - Mirasierra (Madrid)

Las obras más que las palabras

"La gente siempre dudará de lo que dices pero creerá lo que haces"

Psicologo en Montecarmelo, Madrid.

Paz interior

Si no tenemos paz dentro de nosotros, nada sirve buscarla fuera

Web

jueves, 7 de febrero de 2013

El ejemplo

A tus hijos, más que con palabras, enséñales con tu conducta. Sé el adulto que que quieres que ellos sean. 


Alejandro Jodorowsky

IE. Inteligencia Emocional

INTELIGENCIA EMOCIONAL(I.E.) y su aplicación en las organizaciones empresariales

¿Acaso sabes qué es I.E?

“La habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”. 

“ Es la capacidad del intelecto humano para utilizar conjuntamente la conciencia personal y social de modo que facilite la motivación, autoconocimiento y autocontrol de la persona y sus propias relaciones con los demás y su entorno por medio de la empatía y diversas habilidades directivas.”

¿ACASO SABES APLICARLO?

Los actuales dirigentes de empresas deberán alcanzar los resultados económicos esperados, y también deben desempeñar su trabajo como facilitadores, gestores del conocimiento y agentes del cambio.

Es la nueva mística empresarial que sitúa sus bases en el crecimiento personal y en el desarrollo de la Inteligencia Emocional.

viernes, 1 de febrero de 2013

Debemos redefinir "el bienestar"


“DEBEMOS REDEFINIR EL BIENESTAR”

Cómo vivir mejor: llega una 'nueva felicidad' más realista

Cómo vivir mejor: llega una 'nueva felicidad' más realista
Los teóricos de la felicidad destacan el papel de los seres queridos en el 'buen vivir'. (Corbis)


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En un contexto como el actual, en el que las depresiones y los cuadros de ansiedad se disparan, la búsqueda de la felicidad parece una quimera, a la par que una necesidad de primer orden para volver a disfrutar de la vida. No es casualidad que los libros de autoayuda proliferen en las estanterías de las librerías. Sin embargo, en 2000 años de filosofía sobre la felicidad todavía no se ha encontrado la receta definitiva. Vivimos tiempos de cambios, y los esquemas sobre los que se construían los proyectos vitales ya no nos sirven. La nueva máxima es “vivir mejor con menos”, tal y como el economista Robert Skidelsky sintetizaba a El Confidencial, a propósito de su último ensayo ¿Cuánto es suficiente? Qué se necesita para una ‘buena vida’ (Crítica).
El filósofo galo Vincent Cespedes, autor de Estudio mágico de la felicidad, explica en este ensayo que el bienestar personal tiene muchas caras, casi tantas como individuos, por lo que “no existen estrategias únicas, como nos quieren hacer creer desde la ‘industria de la felicidad’”. Eso sí, apunta a la bondad, el respeto al otro y el reconocimiento social como los indicadores compartidos por las personas felices. En definitiva, ser feliz “no es solo una cuestión de voluntad y de capacidad para aplicar una serie de estrategias”, sino que tiene que ver con la adaptación al convulso mundo que nos ha tocado vivir, y con la aceptación de nosotros mismos y de nuestro papel en la sociedad, para así poder disfrutar del día a día.
Saber conformarse
Como expresó recientemente el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz,debemos redefinir los criterios del desarrollo económico, pero también los del crecimiento personal (para tener salud emocional). Los principios individualistas delHomo Economicus, que Daniel Cohen ha revisado desde una perspectiva crítica, deberían ser desplazados por los del ‘bien común’, según la propuesta de este economista.Ser feliz tiene que ver con la adaptación a los cambios socioeconómicos que nos están tocando vivir
La mayoría de los filósofos contemporáneos que han tratado este asunto reconocen que es necesario incluir nuevas acepciones en la definición de la felicidad para reajustarla a la posmodernidad. Ganar más dinero, encontrar el amor ideal o tener el trabajo perfecto son máximas cada vez más inalcanzables para el grueso de la sociedad que nos impiden conquistar el bienestar. Unos objetivos que “provocan un perjudicial combate con nosotros mismos y nos hacen vivir temerosos del futuro”, según suele apuntar el suizo Alexandre Jollien en sus multitudinarias conferencias.
Aprender a renunciar
Las expectativas vitales deben estar a nuestro alcance, según concluyen los teóricos de la ‘nueva felicidad’, y por ello animan a no intentar alcanzar la “utópica” felicidad plena, sino a “vivir sin ser infelices”. Una vuelta de tuerca, dicen, “más realista”. En este sentido, aprender a renunciar y a reajustar las expectativas, atendiendo tanto a nuestras limitaciones personales como a las impuestas por el entorno socioeconómico, son dos principios fundamentales a tener en cuenta para comenzar a ser menos infelices.Tenemos que ser capaces de reajustar nuestras expectativas
Las nuevas teorías de la ‘felicidad contemporánea’ sientan sus bases en la filosofía oriental, aunque mezclando mística y ciencia. Lo más esencial, dicen, reside en ser abiertos de espíritu. De hecho, la meditación y todas aquellas actividades dirigidas a la concentración y a la búsqueda de la conciencia plena (mindfulness según el concepto original en inglés), como puede ser el yoga, son muy recurrentes en el discurso de todos estos intelectuales.
Disfrutar el momento
Si en las últimas décadas los ejercicios de meditación han experimentado un fuerte impulso en Occidente, también lo han hecho confundiendo algunos de sus principios. En muchas ocasiones estas técnicas se utilizan para alimentar el ego más que para hacerlo desaparecer o simplemente para relajarse en lugar de para alcanzar un estado ascético que nos permita estar por encima de los problemas del día a día. “El arte de disfrutar el momento” se basa en la capacidad para sortear los golpes de la vida aceptándolos como una consecuencia inevitable de nuestra existencia.
Buscar la felicidad en los demás
Diversos estudios han coincidido en señalar que el dinero no da la felicidadLa acumulación de la riqueza experimentada en Occidente en las últimas décadas ha ido paralela a un descenso del grado de felicidad de las personas. El consumismo parece estar sumiendo a la civilización en un círculo vicioso en lo que a bienestar se refiere. Los bienes materiales ofrecen una satisfacción vana y efímera que nos aleja de la felicidad plena porque siempre se querrá más y más.
Para el economista Daniel Cohen, la búsqueda de la riqueza colectiva y no de la individual es la que realmente nos reporta una satisfacción plena. Cohen valora más el trabajo en equipo que la competitividad entre los individuos, así como el sentido de pertenencia a una comunidad. Una red social asentada más allá de la familia y los amigos.

Te recomiendo: El Hombre en busca de sentido


El doctor Frankl, psiquiatra y escritor, suele preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos: «¿Por qué no se suicida usted?» Y muchas veces, de las respuestas extrae una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento, una habilidad sin explotar; a un tercero, quizás, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Tejer estas tenues hebras de vidas rotas en una urdimbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se enfrenta la logoterapia.En esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla? El psiquiatra que personalmente ha tenido que enfrentarse a tales rigores merece que se le escuche, pues nadie como él para juzgar nuestra condición humana sabia y compasivamente. Las palabras del doctor Frankl alcanzan un temple sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad conveniente y orientadora.









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Los problemas


miércoles, 23 de enero de 2013

La acción más pequeña


cómo sobrevivir en un trabajo


Que no envenenen tu ánimoQue no envenenen tu ánimo: cómo sobrevivir en un  trabajo insatisfactorio

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El trabajo no abunda, las posibilidades de ascender son cada vez menores y los salarios no viven precisamente su mejor momento. Ante tal panorama, muchas personas se ven obligadas a aferrarse a un puesto que, en otras circunstancias, habrían abandonado sin pensárselo. Un mal ambiente laboral, problemas con los superiores o los compañeros, baja remuneración o jornadas de trabajo interminables suelen ser algunos de los factores decisivos a la hora de encontrarse a disgusto en una empresa. En otras ocasiones, aceptar un puesto que no corresponde con nuestras expectativas más altas es inevitable en cuanto que, en la mayor parte de carreras, los primeros años exigen un sacrificio mayor que nos permitirá más tarde gozar de ciertos privilegios.
Tanto para unos casos como para otros, una relativamente extensa bibliografía se ha producido con el objetivo de proporcionar consejos a aquellos trabajadores que, conscientes de que no pueden abandonar su puesto de trabajo, sí tienen en su mano cambiar su situación en el mismo, tanto haciéndose un hueco en la empresa mejorando su relación con los que le rodean como afrontando los retos diarios de una manera más positiva. Entre las pequeñas tácticas que podemos adoptar para aguantar la situación todo el tiempo posible se encuentran las siguientes.
Además de adaptarnos a la empresa, podemos intentar mejorarla desde dentroEvitar las reacciones impulsivas. En Brilla. Sobrevive y destaca en el trabajo (Conecta), uno de los mejores libros sobre el tema, Chris Baréz-Brown señala que uno de nuestros principales enemigos son nuestras emociones y la falta de control que tenemos sobre ellas. El autor indica que con demasiada frecuencia caemos rápidamente en lógicas del tipo “mi jefe no cree en la creatividad, pero yo soy creativo, por lo tanto, no cree en mí y debería buscar otro trabajo”. Baréz-Brown señala que este tipo de razonamientos son muy perjudiciales, ya que lo que debería servir para conocer lo que se exige de nosotros se convierte sin embargo en una circunstancia que nos hace pasar un mal día. En esos momentos, debemos pararnos, analizar nuestras emociones e intentar que estas no envenenen nuestro ánimo.
Observa a tus compañeros. Llegar a una nueva empresa puede ser algo traumático en muchas ocasiones, en cuanto que no sólo la cultura de la misma nos puede resultar ajena, sino que no comprendemos las dinámicas establecidas entre el personal, los superiores y las diferentes secciones. Por ello mismo, Melissa Woodson señala en AOL Jobs que la observación puede ser una herramienta útil en los primeros momentos de nuestra andadura en una firma. De esa manera, podremos averiguar qué personas son de confianza y pueden ayudarnos en nuestra integración y cuáles son los comportamientos que se premian dentro de la empresa, y cuáles son rechazados.
Piensa como un socio, no como una víctima. Aunque el tema principal deChange Better: Survive –and Thrive– During Change at Work and Througout Life(Agate B2) no sea el de la adaptación a la empresa, sí proporciona alguna enseñanza válida en un panorama laboral marcado por la inestabilidad y el cambio contante. Pero no sólo nosotros debemos adaptarnos continuamente a la compañía, sino que debemos intentar mejorar aquellas de las que formamos parte. Su autora Jeanenne LaMarsh señala que en muchas ocasiones el disgusto con nuestro entorno es tan grande que nos mantenemos al margen de él, nos consideramos víctimas y nos marginamos de las dinámicas del mismo. La fundadora de LaMarsh Global señala que “incluso si la organización para la que trabajas no parece preocuparse por tus necesidades, puedes hacer mucho por ti mismo identificando cuáles son tus problemas y qué puedes hacer para aliviarlos o hacer que desaparezcan”.
Quejarnos continuamente puede ser útil en el corto plazo, pero no en el largoCuidado con expresar tu frustración. Aunque se suele decir que expresar nuestros sentimientos suele ser la mejor forma de aliviar tensiones, en el caso del mundo laboral, donde la racionalización es más importante que la pasión, no es así. Como señala David McRaney, autor de You’re Not So Smart: Why You Have Too Many Friends in Facebook, Why Your Memory Is Mostly Fiction and 46 Other Ways You Are Deluding Yourself (Gotham), quejarse de manera constante y efusiva “es echar más gasolina al fuego”. El problema, señala el autor, es que sentimos un bienestar inmediato cuando nos quejamos, ya que se activan las mismas partes del cerebro que cuando se consume una droga o se hace el amor. Sin embargo, ello tiene consecuencias negativas, porque en lugar de relajarnos en el futuro, lo único que se consigue es que busquemos ese alivio de manera constante. Además, como señalaba un estudio publicado este mismo año por el departamento de neurología de la Universidad de Stanford, la expresión continua de mensajes negativos puede perjudicar el buen ambiente de la oficina, especialmente a aquellas personas neutrales que terminan asimilando de manera inconsciente esas ideas destructivas.
Encuentra un equilibrio. Ninguna relación, ya sea personal, amorosa o laboral, es completamente satisfactoria. Siempre habrá detalles que no nos terminen de gustar, nos depriman o nos resulten molestos, pero también habrá algo que nos haga disfrutar. Como señala el periodista Adam Dachis en un artículo publicado enLifeHacker, “aunque es más fácil decirlo que hacerlo, se pueden adoptar ciertas estrategias que marquen la diferencia”. Esto se traduce no en grandes cambios en nuestra vida o nuestro trabajo, sino en los pequeños detalles que nos pueden proporcionar momentos de felicidad en el día a día. Dachis señala que eliminar algunas cosas que nos molestan y reemplazarlas por otras que nos hacen relajarnos (como comer con unos compañeros en lugar de otros, tomar un descanso fuera de la oficina en lugar de quedarnos enganchados al ordenador) puede marcar la diferencia entre querer abandonar el trabajo o pasárnoslo bien en él.

Averigua qué espera tu jefe de ti. Una las dificultades a superar más habituales es la que concierne al superior inmediato, cuyas exigencias pueden ser excesivas, desproporcionadas o incluso confusas. En 2005, Marilyn Haight publicó el libro que, como aseguraba, “ningún jefe quiere que leas”. Más allá de las estrategias demarketing, lo que es cierto es que en su ensayo Who’s Afraid of the Big, Bad Boss?(Worded Write), la escritora identifica trece tipos distintos de jefe y proporciona herramientas para tratar con ellos (y también, estrategias a evitar). Entre esta clasificación se encuentran “el represor”, “el trepa” o “el frustrado”. En el caso de los trepas, pretenden que seas capaz de responder por ti mismo ante las dificultades del departamento, sin molestarles; en el del represor, que tiende a criticar a sus empleados, que no interfieras con sus tareas; y en el del frustrado, una de las peores categorías ya que ponen a prueba la autoestima de todos los empleados, pretenden que acates sus órdenes sin salirte del guion, con la mayor rapidez posible.

Un trabajador feliz es mucho más productivo que uno que no lo esAnaliza tus hábitos y elimina los perjudiciales. Recordando que el diablo está en los detalles, muchas de las cosas que perjudican nuestro bienestar a lo largo de la jornada están relacionadas con aquellos comportamientos que llevamos a cabo de manera inconsciente y que en muchas ocasiones, nos perjudican sin saberlo. Chris Bárez-Brown sugiere que, por ejemplo, nos fijemos en el café que tomamos a lo largo del día (y que puede ponernos más nerviosos de lo que deberíamos), en la forma que tenemos de llegar al trabajo (¿transporte público, coche, a pie?) y dónde comemos (¿en un restaurante, en casa con la familia?). Quizá alterar esas costumbres cambie nuestro estado de ánimo.

Recuérdale a tus jefes que la felicidad es importante. Si todo lo anterior falla, quizá no nos quede otra que marcharnos si no queremos acabar por completo con nuestra salud mental, por mucho que ello comprometa nuestro bienestar material. Sin embargo, todos los superiores, dueños y demás personal al mando de grupos de trabajo deben tener siempre presente que un trabajador feliz es un trabajador mucho más productivo que uno que no lo es, algo especialmente sensible en un momento en que los propietarios se escudan en que el altísimo paro les permite sustituir a cualquier empleado rápidamente. Quizá como trabajadores recordar el siguiente dato a la mano que nos alimenta no sea lo más indicado, pero las estadísticas demuestran que los trabajadores descontentos cuestan a la economía americana unos 300 mil millones de dólares al año y que los empleados más felices producen un 12% más mientras que los infelices llegan a hacerlo un 10% menos. Así que si no estás satisfecho, quizá no seas tú el único que esté pagando las consecuencias.


La creatividad


Salud Emocional


haz realidad tus sueños este 2013


Siete estrategias para alcanzar el éxito (personal) en 2013

Siete estrategias para alcanzar el éxito (personal) en 2013
La adecuada planificación y la claridad de las metas es fundamental para alcanzar el éxito. (Corbis)
El inicio de un nuevo año es sinónimo para muchos de nuevas promesas, retos y un sinfín de propósitos con el objetivo de mejorar la construcción de nuestro proyecto vital. Como si de un ritual se tratase, año tras año se repiten las promesas de dejar de fumar, comenzar a hacer deporte, ganar dinero y, en definitiva, alcanzar las mayores cuotas de felicidad posibles. Para lograr el éxito y mantenernos motivados en esta búsqueda constante del bienestar, impidiendo así que todos los nuevos propósitos caigan en saco roto durante este 2013, es necesario adoptar una serie de estrategias claves que nos serán de gran ayuda.
Ponerse metas claras y alcanzables
La búsqueda de la perfección puede ser el camino del fracaso y la frustración. Si los retos que nos planteamos son a todas luces inalcanzables, no lograremos avanzar ni un ápice hacia las metas que nos pongamos. En cambio, si uno va marcándose pequeñas metas hacia culminar en un objetivo mayor será más fácil motivarse e ir progresando poco a poco. Realizar acciones concretas, hacer un calendario con fechas y objetivos a corto, medio y largo plazo puede ser de gran ayuda. La adecuada planificación y la claridad de las metas son dos de los pilares básicos para alcanzar el éxito, por lo que es necesario estar muy seguro y haber reflexionado lo suficiente antes de emprender un reto.
Para una correcta planificación es imprescindible aceptar el actual estado de las cosas, máxime en el contexto de la actual coyuntura socioeconómica. Esto supone que no se debe negar la realidad, pero tampoco idealizarla.
Establecer prioridades
Una vez que se tengan claras todas las preferencias vitales para este 2013, ya sean económicas, de crecimiento personal o físicas, es preciso establecer un orden de prioridades. A la hora de alcanzar el éxito, “menos es más” y será más productivo ir objetivo por objetivo, hasta alcanzarlo, que abarcar todos a la vez y acabar el año sin haber conseguido ninguno. La serenidad es una de las claves para que la motivación no decaiga. Por ello debemos tomarnos los procesos con calma, ya que requieren tiempo y esfuerzo.
Flexibilidad
Obsesionarse con una meta puede ser peligroso y provoca que tropecemos siempre en la misma piedra. Nadie sabe de antemano cuál es la estrategia perfecta para conseguir un reto, además de que lo que funciona para unos puede suponer un fracaso para otros. Por tanto, deberemos ir probando diferentes fórmulas para mejorar y evitar posibles errores que nos ayuden a pulir la estrategia que mejor se adapte a nosotros mismos y a nuestras metas particulares.
Comenzar por desechar los malos hábitos
Los teóricos de la psicología positiva defienden que, para adquirir buenos hábitos, la clave está en cambiar primero los malos hábitos. Aunque parezca un juego de palabras, esta premisa advierte de que los peores enemigos que nos encontraremos en el camino de la búsqueda del éxito somos nosotros mismos.
El crecimiento personal implica comenzar a hacer las cosas de diferente manera y por esto debemos apasionarnos al pensar en el cambio. Para ello hay que potenciar las emociones positivas, celebrando y destacando los pequeños logros que vayamos alcanzando, lo cual nos dará fuerza para seguir adelante.
Confiar en uno mismo
Enlazando con la estrategia anterior, para cambiar de hábitos y mantenernos motivados lo primero y más fundamental es confiar en uno mismo. Esta actitud nos servirá de protección para sortear los malos momentos y salir indemnes de los golpes bajos. La confianza es una barrera contra los temores y miedos al fracaso, por lo que es una compañera indispensable para alcanzar cualquier meta que nos propongamos.
Proactividad
Ser proactivo y tener claros los objetivos en la vida son dos cuestiones que deben ir de la mano. Tomar el control de nuestras vidas y hacer todo lo posible para cambiar o mejorar. Llevar siempre la iniciativa para que la realidad no nos sobrepase y asumir responsabilidades para hacer que las cosas sucedan son dos virtudes necesarias para alcanzar el éxito. Además, la proactividad nos permite improvisar cuando surjan dificultades para salir airosos de los problemas que se nos presenten.
Buscar ayuda cuando sea necesario
A muchas personas les cuesta pedir ayuda a los demás, ya sea por falta de confianza o porque simplemente creen que no es lo correcto. Aunque no lo parezca, saber cuándo y a quién pedir consejo, sobre todo en los momentos de mayores dificultades, puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

LAS DECISIONES QUE MEJORAN TU BIENESTAR


Cinco comportamientos que distinguen a la gente feliz

Cinco comportamientos que distinguen a la gente feliz
Las personas felices presentan comportamientos similares. (Corbis)
¿Qué comportamientos distinguen a la gente feliz de la que no lo es? ¿Hay ciertas actitudes que nos hacen más felices o todo depende de nuestro entorno? El profesor de psicología de la Universidad Estatal de San Francisco, Ryan T. Howell, se propuso encontrar las diferencias de comportamiento de la gente que se declara feliz y aquella que se declara infeliz. Para ello examinó, con la ayuda de su equipo, los resultados de 30 encuestas sobre felicidad, pertenecientes a distintos estudios de mercado. “Los resultados”, cuenta Howell en Psychology Today, “indicaban que la gente feliz toma todos los días cinco pequeñas decisiones que mejoran su bienestar”. Estas han sido recogidas en un estudio publicado en el número de este mes del Journal of Positive Psychology.
1. La gente feliz hace bien las cuentas
Como señalan todos los estudios, la gente feliz no tiene grandes preocupaciones financieras, independientemente de su nivel adquisitivo, porque maneja bien sus cuentas. No realizan compras compulsivas y están muy al tanto de todo lo que entra y sale de su cuenta. “Las investigaciones”, explica Howell, “sugieren que los individuos gestionan mejor su dinero cuando tienen un objetivo claro, ya sea pagar una tarjeta de crédito, ahorrar para la jubilación o establecer un fondo de emergencia. Nuestros datos indican que si gestionas tu dinero bien hoy, serás más feliz mañana”.
2. La gente feliz gasta su dinero en experiencias vitales y no en bienes materiales
Howell explica que desde hace más de 10 años los psicólogos han estado estudiando el efecto de gastar el dinero en experiencias vitales o en bienes materiales. El psicólogo reconoce que no se ha encontrado una evidencia robusta que asegure que la gente que gasta su dinero en experiencias vitales sea más feliz. Pero, aunque no se haya demostrado una relación causa efecto, sus datos muestran que, sea cual sea el efecto, lo cierto es que existe. Así que ante la duda, mejor hacer un viaje que comprar un nuevo coche.  
3. La gente feliz tiene un mayor grado de empatía
La empatía es la capacidad de una persona para identificarse con otra y compartir sus sentimientos y, según Howell, es una de las habilidades que distingue a la gente más feliz: “Nuestros datos demuestran que cuando alguien sonríe cálidamente a una persona feliz, ésta sonríe también y siente ese calor. Por lo tanto, si prestas más atención a las emociones de las personas que te rodean, serás más dichoso”.
4. La gente feliz piensa en el pasado con cariño
La psicología nos ha enseñado desde tiempos de Freud que el futuro surge del pasado, y éste tiene una gran influencia en nuestro bienestar presente. El ser humano es quizás el único animal que tiene la capacidad de revivir momentos del ayer y la habilidad de imaginar tiempos venideros. Los datos del estudio muestran que la gente feliz no tiene miedo al pasado, pero solo recuerda los buenos momentos e ignora los malos.
5. La gente feliz tiene un hogar
“Una persona es más feliz”, cuenta Howell, “cuando sus tres necesidades psicológicas básicas están satisfechas: autonomía, capacidad y relación”. Los datos del estudio muestran que estas tres necesidades pueden ser cubiertas por la comunidad en la que esté inmersa cada persona. “La gente feliz”, explica el psicólogo, “tiene un sentimiento de pertenencia respecto al lugar en el que viven, y siente nostalgia de su hogar cuando está lejos”. 

Recuperándose de los golpes de la vida


Claves para salir del hoyo: cómo superar lo antes posible los malos momentos

Claves para salir del hoyo: cómo superar lo antes posible los malos momentos
Los momentos de soledad son positivos para recuperar la paz interior. (Corbis)
Superar un trauma vital nunca ha sido fácil, pero el ser humano puede llegar a tener una capacidad inimaginable para salir adelante y dejar atrás una crisis. La muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo o una ruptura sentimental son el caldo de cultivo más frecuente de los episodios depresivos. Los golpes que da la vida afectan inevitablemente a todo el mundo, normalmente de forma repentina, pero aunque no sea así, uno nunca logrará estar lo suficientemente preparado para asumirlo.
La tristeza, la soledad, el derrotismo y el pesimismo suelen invadir a las personas durante la primera fase del trauma. Unos sentimientos que no duran para siempre, pero que necesitan ser domados para reencontrarse con la felicidad. Para facilitar las cosas y recuperarse lo antes posibles de un bache en la vida, existen una serie de actitudes a tener en cuenta, que el coach Preston Ni desarrolla en sus últimas publicaciones.
Vive el duelo durante el tiempo necesario
El primer paso para recuperarse de una pérdida o de un trauma vital es dejar un tiempo para vivir el duelo. Las emociones negativas necesitan expresarse. Lo más saludable es no contener el llanto cuando nos lo pida el cuerpo y buscar apoyos en los seres queridos. Encerrarse en un mismo no es nada recomendable, pues es fundamental reconocer el dolor y el daño, pero si se tienen dificultades para demostrar los sentimientos en público podrá ser de gran ayuda escribir en un diario o, en el caso de las personas religiosas, acudir a la Iglesia a rezar.
Reprimir el dolor no acaba con él. Más bien todo lo contrario, se convertirá en una seña de identidad que nos marcará de por vida. Con el tiempo, la tristeza disminuirá, siempre que no se nieguen las evidencias, y se podrá iniciar así la segunda fase de recuperación.
Quiérete a ti mismo
Cuando la vida nos juega una mala pasada, podemos reaccionar de dos formas diferentes: caer en el victimismo o culparse a uno mismo de la situación. Los primeros sufren más fácilmente episodios depresivos, mientras que los segundos se castigan a sí mismos una y otra vez, ya sea de forma consciente o inconsciente. Lo primero que uno debe preguntarse es cuál de estas dos opciones pesa más en su actitud para volver a tomar las riendas de la vida.
Cuanto más traumática sea la situación por la que se está pasando, más importante será saber cuidarse a uno mismo. Comer bien, hacer ejercicio, salir con los amigos y forzarnos a hacer actividades que antaño nos sentaban bien son algunos de los aspectos fundamentales para recuperar la autoestima, mantener la cabeza ocupada y comenzar a querernos a nosotros mismos. La inteligencia emocional es básica para enfrentarse a los desafíos que nos plantea la vida.
Apóyate en tus seres queridos
A medida que se van superando las dos primeras fases, se hará más necesario buscar el apoyo de los seres queridos para que nos ayuden a salir del túnel. Las muestras de afecto y de cariño tienen un gran poder emocional que facilitará la recuperación. No se trata de volver una y otra vez sobre el análisis de lo sucedido, sino de salir adelante concentrándose en las cuestiones positivas de la vida. Revisitar el pasado es algo que debe ceñirse a las primeras fases de este proceso.
Realiza actividades físicas y de esparcimiento
Las emociones están más determinadas por las actividades físicas de lo que normalmente se piensa. El estado físico de nuestro cuerpo afecta por tanto a nuestro estado mental. Las actividades saludables, como hacer deporte, jugar un partido de fútbol con los amigos o salir a bailar nos darán energías renovadas, mejorarán nuestras emociones y animarán el espíritu. Mezclar la actividad física con la diversión nos dará vitalidad y nos ayudará a sentirnos mucho mejor que si nos encerramos en casa a ver la televisión.
Permítete algún momento de soledad realizando actividades creativas
La soledad puede ser sinónimo de tranquilidad. Realizar actividades creativas en solitario que nos permitan tener un poco de paz interior, como dar un paseo, cocinar, pintar o cualquier tarea creativa, es el siguiente paso que debemos dar. Unas tareas que nos ayudarán también a reencontrarnos con nosotros mismos y mantener la cabeza fría.
Realiza algún tipo de voluntariado
Ayudar a otras personas que tengan más necesidades que nosotros es el siguiente consejo que se debe seguir. Ayudar en un comedor social, visitar a personas sin techo o cualquier otro trabajo de servicio a la comunidad nos hará darnos cuenta de lo afortunados que en realidad somos. Estas actividades nos permitirán alcanzar la plenitud vital y llenarnos de gratitud, lo cual es muy importante para volver a encarar la vida desde una nueva perspectiva.
Recupera tu vida
Si se han seguido los seis consejos anteriores habremos conseguido estar en una buena forma física, mental y emocional. Una vez hecho este recorrido, lo único que nos queda es recuperar nuestras vidas, sabiendo que el futuro será mejor y que se nos abre un mundo lleno de nuevas posibilidades y emociones positivas. En eso consiste el crecimiento personal.


El trabajador que está "quemado" ¿por qué?

multitarea2El estrés laboral crónico y la percepción de falta de reconocimiento en el trabajo forman el caldo de cultivo para que aparezca el síndrome de burnout, del ‘trabajador quemado’. Un equipo de científicos españoles ha analizado las variables que influyen en el desarrollo de los tres subtipos del trastorno:frenético, sin desafíos y desgastado

El estudio, publicado en BMC Psychiatry, revela las variables sociodemográficas y laborales asociadas a cada uno de ellos. Mediante cuestionarios, Jesús Montero-Marín, autor del estudio e investigador senior en el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, y sus colegas encuestaron a una muestra de 409 empleados de la Universidad de Zaragoza.

Así han llegado a la conclusión, por ejemplo, de que el perfil ‘frenético’ se asocia con el número de horas de trabajo. Una persona que dedique más de 40 horas por semana a su tarea laboral tiene una probabilidad casi seis veces mayor de desarrollar el síndrome, comparado con otra con un horario inferior a 35 horas. Este tipo de empleados suele tener una alta implicación en su cargo, grandes ambiciones y una elevada sobrecarga de tareas.

Un trabajador dedicado a tareas monótonas, con tendencia al aburrimiento y a la falta de desarrollo personal, tiene más riesgo de desarrollar el perfil ‘sin desafíos’. Concretamente, el personal de administración y servicios tiene una probabilidad casi tres veces mayor de pertenecer a este grupo, comparado con el docente e investigador. Además, es un perfil sobre todo masculino. “Mientras que ellos tienden a alejarse de los objetivos de la empresa, ellas terminan por desarrollar agotamiento emocional”, explica el psicólogo en declaraciones a la Agencia SINC.

Por su parte, el tipo ‘desgastado’ suele aparecer en personas que, con una larga trayectoria en la misma empresa, terminan por descuidar sus propias responsabilidades, dada la falta de reconocimiento que perciben a su alrededor. Así, un trabajador con más de 16 años de servicio en un mismo lugar de trabajo presenta un riesgo cinco veces superior a desarrollar este tipo de perfil, comparado con otro que lleve menos de cuatro años de servicio.

Sea cual sea la clase de burnout, el trabajador experimentará agotamiento emocional, cinismo o falta de eficacia en el trabajo. El tipo de contrato también influye en la gestación del burnout. Los empleados con contrato temporal se encuentran más implicados con la empresa porque buscan una vinculación que les proporcione mayor estabilidad. Esta actitud puede desembocar en el desarrollo de un perfil de tipo ‘frenético’, el mismo que registran los contratados a media jornada, “probablemente, pluriempleados”, apunta el experto. Respecto al nivel académico, la peor parte del burnout se la llevan los dos extremos de la muestra: la gente más formada y aquella con menos estudios.


Fuente: muy interesante